Lindsay Hamon es un hombre que ha dedicado los últimos 26 años de su vida recorriendo el mundo con una enorme cruz de madera al hombro, emulando el Vía Crucis de Jesús y llevando la Palabra del Señor a todos los rincones del planeta que le sean posible.
Este inglés, cuya edad no quiere dar a conocer, comenzó su peregrinaje en 1987 y desde entonces recorrió 25 países de Europa, Asia y Oceanía. A lo largo de las tres décadas pasadas, Hamon ha llevado su fe (y su pesada cruz) por naciones exóticas y lejanas como Bangladesh, Nepal, Nueva Zelanda, Rusia y Sri Lanka, así como también en países cristianos como Italia, Alemania y Francia.
"He visitado lugares hermosos, pero también me tocó ser atacado y hasta expulsado de la Plaza San Pedro, en Roma", cuenta Hamon, quién planea seguir de gira por todo el mundo y continuar con su "carga" por algunos años más.
La cruz de madera de cedro que lleva en sus espaldas 12 horas por día, mide 3 metros y medio de largo por casi 2 de ancho. En la base, el crucifijo gigante tiene una rueda que permite a Hamon transportarlo con un poco de facilidad, ya que arrastrar semejante madera no sólo sería extremadamente difícil, sino que podría arruinar las calles y lugares donde lo lleva, además de ir gastando y rompiendo la cruz.
"Traté de dejar mi trabajo y dedicarme a llevar la cruz y la palabra de Dios a tiempo completo, pero no tengo el dinero suficiente para llegar a fin de mes", dijo el hombre. Por eso, cada tanto, tiene que regresar a su ciudad (Cornwell, Inglaterra) a trabajar y juntar plata para seguir con su misión.
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