Enero de 2004, Sydney. Juan Mann acaba de volver de Londres y se siente solo.Sus mejores amigos están lejos, sus padres se han divorciado, ha roto con suprometida y su abuela está muy enferma. Necesita algo para alegrarse así que vaa una fiesta, en la que una absoluta desconocida se le acercó y le dio unabrazo. ” Me sentí como un rey, fue lo mejor que me ha pasado nunca” confesabarecientemente en una de las pocas entrevistas que hay de este personaje. Ese abrazo cambió su vida, y quizás la del resto del mundo. Seis meses más tarde, un 30 de junio,Mann salió a la calle, al Pitt Mall Street de Sidney, dispuesto a repartir abrazos gratuitamente. La gente le miraba extrañada, no sabía cómo reaccionar, hasta que pasados 15 minutos logró el primer abrazo de una anciana.
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